lunes, 11 de mayo de 2015

LA MAGIA DE LA NAVIDAD

Siempre hay una primera vez en la vida. A veces éstas son agradables y otras no lo son tanto, pero en esta ocasión voy a contar algo que me pasó hace muchísimos años y que para mi fue uno de los momentos más felices de mi vida.
Se remonta a mi niñez, las primeras navidades que viví cuando empecé a tener uso de razón.
Yo tenía cinco o seis años, no lo sé con exactitud, pero si las recuerdo con mucha ilusión ya que esa vez vi por primera vez a los Reyes Magos, y para mí fue una de las experiencias más
inolvidables y bonitas que me pudieran pasar.
Era el cinco de enero por la tarde, y estaba esperando junto con mis padres y hermanos la llegada de éstos. Las luces de los adornos navideños alumbraban toda la zona, algunas se encendían y apagaban con intermitentes y pausados guiños, mientras una suave música de fondo se oía entonando alegres y melodiosos villancicos.
Las carrozas empezaron a pasar, y luego los pajes y los Reyes.
Yo estaba temblando como una hoja, no sé si por el frío helador que hacía aquella noche o por el nerviosismo del momento. Cuando llegaron a mi altura, y como por arte de magia, el Rey Melchor se acercó a mí,  y besándome en la mejilla me dio un buen puñado de caramelos, luego sonriéndome continuó con los demás su camino.
¡Oh, Dios, creí que me moría de la emoción! y me preguntaba una y otra vez, como podía ser que los mismos Reyes que en su día fueron a adorar al Niño al portal de Belén podrían estar conmigo en estos momentos. ¡Qué ingenuidad! la inocencia y candidez de un niño no tiene límites.
Han pasado muchos años, pero cada vez que llegan estas fechas me emociono al pensar en ellas, pero a su vez me entristece el saber que hay muchos niños que debido a las carencias, al hambre o a las guerras no pueden ser felices como lo fui yo.
Ojala algún día la desigualdad entre las personas desaparezca, que los horribles destellos que provocan las bombas o los misiles se apaguen para siempre, y en su lugar se encienda la luz a la esperanza para que brille con intensidad y pueda traer la paz y la magia de la Navidad a todos los lugares del mundo.


                                                                  Mª  Jesús

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