Nos montábamos en todas las barracas, desayunábamos en el hotel con los muñecos.
En París estuvimos dos días más visitando la ciudad , también nos pareció poco.
Una tarde anduvimos en el metro y cuando nos dimos cuenta habíamos llegado al final de la línea.
Hicimos el viaje en autobús; aunque fue largo, aprovechamos el tiempo y no se nos hizo largo: fue el viaje más bonito de mi vida.
Gildo García
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