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viernes, 27 de marzo de 2015

LA PRIMERA VEZ EN UN KARTING

La primera vez que estuve en un karting, era un día lluvioso de noviembre. Fuimos en coche mi prima, mi tía, mi hermano y yo.
Cuando llegamos, tuvimos que esperar, porque llovía mucho. Al final, pudimos montar al de una hora. Cuando empezamos, yo no sabía conducirlo y me estrellaba cada dos por tres. Con el tiempo fui mejorando y remonté cuatro o cinco puestos.
Cuando terminamos, fuimos a merendar, y cogimos el coche para volver.

                                         Sebastián Chaves

LA PRIMERA VEZ EN UN AVIÓN

La primera vez que monté en un avión tenía diez años, y mucho miedo. Yo quería que me durmiesen para subir como en la serie del Equipo A.
Cuando, al final, llegamos al aeropuerto, montamos mi madre, mi hermano y yo destino Málaga.
Estaba muy nervioso, pero según empezó a despegar, se me quitaron todos los nervios, y cambiaron las tornas: yo empecé a reirme, mientras que mi madre y mi hermano fueron los que más nerviosos se pusieron, cuando, supuestamente, eran ellos los valientes.

                                       Sergio  Fernández

MI PRIMER VIAJE EN AVIÓN

Era una tarde calurosa; mi padre se quedaba en sevilla por motivos de trabajo, y nosotros teníamos que volver  a Loiu.
Lo primero que hicimos ir a la ventanilla de iberia para sacar dos billetes, para mi madre y para mí.
Después de eso, facturamos las maletas.
Cuando llegó la hora fuimos a la puerta de embarque. Para subir al avión tienes que pasar por una especie de pasillo y ocupar tu asiento. A mí me tocó junto a la ventanilla. Nos mandaron ponernos los cinturones y apagar los móviles y todos los aparatos eléctricos, porque podían interferir en las frecuencias del avión.
Cuando empieza a despegar, da una sensación rara: parece que subes al cielo, y luego ves las nubes y el sol como si estuvieras cerca y brilla mucho.
Luego, llegando a Loiu, fuimos descendiendo, y ves el mar y las casas, que parece algo increible y muy bonito. Luego el avión empieza a sacar las ruedas y empieza a tocar el suelo como si fuera arrastrándolas.
Sientes un poco de miedo de ahí a unos kilómetros, hasta que toca tierra, y ya estás en Loiu.
Fin del viaje.


                                         Iban Okamika

SURF EN LAS OLAS DE BIZKAIA

Despertarte a las 6 de la mañana, tomar el desayuno con mis amigos surfistas, llegar a la playa y encontrar las olas rompientes, sólo el sonido de las olas; el viento que empieza a soplar más fuerte. El sol reflejado en el mar, y yo dispuesto a disfutar de un día en la playa.
La primera vez que me metí al mar con una tabla, me cambió la vida para siempre.
Después de luchar contra el mar para poder pasar la rompiente y llegar a donde están las olas. Me siento en la tabla para recuperarme, y la ola empezó a levantarse rápidamente. No tuve tiempo de pensar, no tuve tiempo de ver, ni siquiera pude pararme, pero la ola me llevo unos segundos.
Todavía no se me ha olvidado: fue increible sentirme como si volara y tuviera toda la libertad del mundo.
Ahora, prácticamente es mi deporte favorito.

                                                  El Hassan El Hayani

MI PRIMERA VEZ EN MOUNTAIN BIKE

La primera vez que aprendí a andar en bici sin ruedines, fue en una mountain bike que me regalaron al cumplir 4 ó 5 añitos.
Ese día estaba tan ilusionada, que, sin pensármelo, fui a montarme, y al colocar el pie en el pedal, resbalé y me di un fuerte golpe con la barra del medio en mis partes íntimas. Sólo recuerdo que me tiré días con dolores y sin querer coger la bici hasta que se me pasaron todos los males, y entonces comencé con más cuidado y sin prisas, con ayuda de mis abuelos a aprender a andar sin ruedines.

                                    Judith Novo

EL MERCADO

Me acuerdo de la primera vez que fui al mercado; fue con mi  abuela y tenía 6 años. Era un día maravilloso, estaba muy contento. El miércoles de cada semana se dirigía toda la gente del  pueblo al mercado que se llama Sok Larbaa. Me desperté a las 7 de la mañana,  y esperé a  mi abuela  hasta que estuvo  preparada para ir al mercado, que está a 4 kilómetros  de nuestro pueblo. Subimos encima del burro; yo iba sentado detrás de mi abuela. Después de medio hora llegamos. Allí me encontré a los niños de mi pueblo que iban acompañados de sus padres. Estaban muy contentos, y llevaban en sus manos caramelos. Mi abuela  me compró también caramelos, y le acompañé a todos los puestos  del mercado  hasta que terminó la compra. Luego entramos en una lechería donde se vendían bocadillos de atún y huevos. Allí mi abuela me compró un bocadillo de atún y un vaso de Coca Cola. Luego volvimos a casa. Fue un día inolvidable.

               Mustapha  Talao

jueves, 26 de marzo de 2015

La Premiere fois que...

La premiere fois que j’etais entré en Europe c’etait  le plus Beau jour de ma vie. Bien vraie que je croyais que ici c’est plus facile de gagner la vie mais c’est tout a fair le contraire. Avoire de l’argent c’est tres important, aussi voyager et aprendre comment est la vie ici: comportement des personnes, leurs experiences  comment ils travaillent, les materiels qu’ils ont, les emboutellages, les feux de pieton et de voiture, les apartements etc…
 Je suis tres content. Je n’ai pas d’argent mais les vasques sont tres jentils et ya la paix ici.

La Primera vez que…

La Primera vez que entré en Europa fue el mejor día de mi vida.  Creía. De verdad, que aquí era más fácil ganarse la vida, pero fue todo lo contrario. Tener dinero es muy importante y, también viajar y aprender como es la vida aquí: el comportamiento de las personas, sus experiencias, cómo trabajan, qué materiales utilizan, el tráfico, los pasos de peatón y los coches, los edificios, etc… 
Yo estoy muy contento de estar aquí. No tengo dinero pero los vascos son muy agradables y aquí hay paz.       

Sanoussy  Badio