Ya no era tan niña cuando acompañada de un amigo vio el mar por primera vez. Su impresión fue tan fuerte que se enamoró y quedó prendada. No se cansaba de observar como fluían las olas, la espuma blanca que se formaba, las gaviotas canturreando mientras buscaban su comida…y se preguntaba de donde saldría tanta agua y cómo podían flotar los barcos.
La niña se ha hecho mayor y del mar sigue enamorada. Cuando puede visitarla, espera a que la luna salga y siente tanta emoción, paz y amor en su alma que nunca se cansa de ver su mar. Su mar enfurecido y en calma. Y disfrutar de su olor sobre la arena mojada.Esa niña era yo.
Mari Angeles Garcia Tito
Hay sentimiento y emoción en este escrito. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta poesía del mar por su sencillez y porque el mar es realmente fascinante y una de mis grandes pasiones.
ResponderEliminarAunque la niña se hizo mayor, sigue siendo la misma niña cuando habla de aquello que la impresiono.
ResponderEliminarLa belleza del mar nos hace a todos pequeños frente a su inmensidad, y también las sirenas nacen fuera del mar, La imaginación supera siempre a lo real.SUSANA & RAQUEL