Era la primera vez que veía la nieve. Cuando llegamos al monte, divertidos corríamos y hacíamos guerra de bolas. Cuando pasó un rato, se nos ocurrió hacer un muñeco de nieve entre los tres. ¡¡Estábamos emocionadísimos!!
Recuerdo que el tacto de la nieve era esponjosa, polvorosa y que me quemaban las manos. Nos tiramos por las campas con los trineos y unos plásticos que encontramos por allí.
Después de caernos, reírnos y pasarlo en grande pero empapados, volvimos a casa a ducharnos y a tomarnos un vaso de leche caliente para remediar el frío que pasamos aquel día, inolvidable.
Kiko Fernández.
!Animo! Me han gustado mucho tus primeros juegos con la nieve. Ahora podrás jugar también con tu hija.
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