viernes, 27 de marzo de 2015

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Hace casi un año que murió mi perra, debido a la avanzada edad que tenía, y para mí fue un duro golpe.
Yo era consciente de lo que, tarde o temprano, le pudiera pasar, pero ¡la quería tanto!, que ni siquiera podía imaginar que de un día para otro enfermaría y la perdería para siempre.
Esto me dejó sumida en una gran tristeza; no pensaba que la ausencia de ella pudiera causarme tanto dolor.
No tenía ganas de nada, ni de comer, ni de dormir, ni de llegar a casa, porque sabía que ya nadie me esperaría.
Algunas personas que no aman a los animales me decían que no me preocupara, que sólo era un perro, pero para mí era algo más, como otro miembro más de mi familia.
Pasaron unos meses, y yo seguía con el corazón desgarrado por la pena, hasta que una tarde llamaron a mi puerta, y éste me dio un vuelco al ver a mi hijo que me traía una pequeña y menuda perrita de unos seis meses. No lo sabían con exactitud, pues la habían adoptado de una perrera y desconocían su verdadera edad, ya que sus dueños la habían abandonado a su suerte, siendo aún un cachorro.
Cuando la vi por primera vez, no me lo podía creer: ¡era preciosa!; con sus orejillas negras, su cuerpo blanco con innumerables motas negras y unos grandes ojos color miel, con un halo de tristeza en su mirada, probablemente por lo mal que lo había pasado cuando se vio sola y abandonada.
Ha pasado algún tiempo y la veo feliz. Tiene una mirada más alegre. Yo le doy todo el cariño del mundo, y ella me lo da a mí.
A la otra nunca la olvidaré, siempre la llevaré en mi corazón y la echo muchísimo de menos, dejando un vacío tan grande en mí, difícil de superar, pero la vida continúa y mi pequeña Neska, como llamo cariñosamente a ésta, ha devuelto de nuevo la alegría a mi vida.
Hace unos años oí una historia que me estremeció y conmovió. Un dueño que maltrataba constantemente a su perro, pegándole palizas sin motivo alguno; pues, en cambio, el animal le quería con locura, hasta el extremo de que cuando éste enfermó y quedó postrado en cama, no se movió de su lado hasta que falleció, cuidándole y protegiéndole hasta el final de sus días.
Muchas veces me pregunto cómo puede haber personas que maltratan a los animales, sin pensar que ellos también sufren y tienen sentimientos, que nunca te fallarán, ni abandonarán, y siempre estarán ahí cuando más los necesites, dándote su cariño sin esperar nada a cambio.
Por eso, si algún día piensas en abandonarlo, no lo hagas, ya que para él perderte sería lo peor que le pudiera pasar, llegando incluso a la depresión, o, en casos peores, a morir de pena por la tristeza de saber que ya nunca más te volverá a ver.
No lo olvides nunca: el perro es el mejor amigo del hombre por la lealtad, cariño y fidelidad que te profesará mientras viva, ya que su dueño, pase lo que pase y por encima de todo, siempre será lo más importante de su vida.

                                  Mª  Jesús  Epelde


No hay comentarios:

Publicar un comentario