Con angustia, veía que no se me enderezaba el parapente e incliné el cuerpo hacia atrás. Se enderezó y comencé a coger confianza y destreza.
Estaba llegando al valle y vi una pradera extensa y me dispuse a realizar un aterrizaje de emergencia. Se me pasaron por la cabeza todos mis seres queridos. Incliné los pies para utilizarlos de freno mientras erguía el cuerpo para contrarrestar la fuerza del viento.
El aterrizaje fue un éxito para ser mi primera vez en parapente.
Es una experiencia que me produjo pavor pero de la que enorgullezco por haber sido capaz de afrontar el reto.
Joseba Escorial
Me gusta la idea que manifiestas de hacer frente a los retos, porque la vida nos plantea muchos y hay que estar preparado.
ResponderEliminar¡Eres un valiente Joseba! A ver si vamos un dia a volar
ResponderEliminarNo me monto yo , en un artilugio como un parapente ni loco
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